Dr. Carlos Dencil Willington Amor

El Dr. Carlos Dencil Willington Amor, reconocido iriólogo e higienista de nacionalidad hondureña (1906-1974?), fue un profesional de larga trayectoria en Chile. Durante largos años se desempeñó en varias instituciones de salud tanto públicas como privadas en Santiago, Valparaíso, y Región de los Lagos. Se le considera el motor principal en la fundación de la Sociedad de Medicina Natural e Iriología de Chile, a mediados de los años cincuenta.

Carlos Dencil Willington Amor
Carlos Dencil Willington Amor

El doctor Amor fue un atento observador de la realidad médica y médico-social en Chile. De carácter afable, pero dueño de una admirable energía y una notable vocación de servicio público, el doctor Amor redactó, a menudo privándose del solaz de la vida familiar, en sus pocas horas libres, innumerables textos que recogían su valiosa experiencia clínica, sus sabias reflexiones y las brillantes constataciones que pudo sistematizar, y que hoy sientan las bases de la iriología en su expresión moderna en toda América Latina.
La obra del Dr. Amor, que éste en su desmedida modestia catalogaba como, “simple ejercicio de recuperación del sentido común natural de los hombres”, no se encuentra completa, lamentablemente, en ningún centro bibliotecario del país ni particular ni fiscal, y es bien desalentador reconocer en este punto, que la mayor parte debe considerarse en la actualidad perdida. En el incendio de la antigua sede de la Sociedad de Medicina Natural e Iriología de Chile, en la calle Ricardo Cumming (1976) se destruyó casi enteramente el más completo archivo hasta entonces existente de la obra de Amor.

La trágica desaparición del científico en el año 1974, después de una corta visita a su hija en la ciudad de Valdivia, ha contribuído a construir el aura mitológica que rodea a la figura del facultativo en los círculos naturistas de nuestro país. No es de extrañar entonces, que este círculo de adeptos en particular, fuera, entre otros tantos sectores culturales nacionales, uno de los más remecidos por la recordada serie de hallazgos de pelotas a principios de los años 80. Entre marzo de 1981 y diciembre de 1983, documentos manuscritos de diversos autores desaparecidos fueron siendo encontrados escondidos dentro de pelotas de plástico, las que eran abandonadas por desconocidos, en canchas de tierra en diferentes puntos periféricos del Gran Santiago.

A continuación iremos presentando extractos de este material que aquella mano misteriosa pusiera de manera tan particular, a nuestra disposición. El amable lector tendrá a bien considerar la recomendación de la redacción, de efectuar la lectura con los lentes de tono amarillo de grado intermedio.

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