Cartas a mi B.I.F. #1

Carta #1

Colonia, 24.03.0000

Hola Vragas, gracias por la llamada, ya ha pasado casi un mes desde que hablamos, y recién ahora tengo tiempo para escribir un par de líneas. He estado super ocupado y distraído por lo del cambio de casa, que es siempre una experiencia límite. Bueno, tú también quedaste de escribir, pero supongo pensaste “tú primero”. Te conozco mosco.

Por suerte ahora ya estoy casi listo con todo, por lo menos mentalmente ya lo tengo todo dibujado, y me cambio en una o dos semanas, así es que voy a recibir la primavera ya en el nuevo entorno, lo que me tiene contento.

Aunque lo pase mal a ratos, al menos sé y me reconforta el hecho de que ya me siento de nuevo como capitán dirigiendo en cubierta mi navío, y aunque si bien se trata de una embarcación menor, se navegará con el orgullo de tener las entradas de agua controladas. Lo que estás pensando: “degraded, but gracefully”.

Mira, este es el tipo de pensamientos que te asaltan en la noche, en medio del silencio de un sótano alumbrado a ampolleta pelada, paseando cucarro con la pata de palo, como un Ahab de catacumba, por sobre papeles, sobres, cartas minuciosamente ilustradas, por sobre libros dedicados, mal dedicados, dedicados con sorna, dedicados sin firma, fotos, marcos de fotos, tarjetitas y promesas: Lo anoté en mi libretita como a las cuatro de la mañana:

“Lo más duro de los cambios de casa, es empezar a encontrarse con los restos del naufragio, y peor, en mi caso, con los restos de todos los otros naufragios anteriores. Pero más duro todavía, será el momento en que TODOS los trastos que uno encuentre revolviendo el layout de una casa por desarmar, sean restos de algún naufragio. Dies gilt zu verhindern.

(La última frase está repasada varias veces, con distintos lápices.)

Por eso he decidido que ahora, de todas maneras, voy a armar la barquichuela de forma más segura, sólo con elementos probadamente seguros, sin artefactos que salgan como tijeras voladoras mascando el aire desde cajón menos pensado, en el momento en que uno busca inocentemente por ejemplo, su pipa. Así es que ¡soltar lastre!. Y hasta ahí dejo la figura náutica.

Mi B.I.F.., (Best Imaginary Friend) así te llamo en mi corriente de la conciencia inconfesable, en estos días en que ya no sé nada de nadie. A veces tengo que buscar en mi día a día, con lupa, alguna constancia de que no me he vuelto transparente. Voy al baño, cada cierto tiempo, con la excusa de recortarme uno que otro pelillo, pero en realidad, para comprobar que sí tengo reflejo en los espejos.

Mejor sigo, contando banalidades de la saladamente re-ganada vida, que si bien son, como la palabra lo dice, banales, tienden a indicar que todavía tengo presencia en este paisaje de Brueghel.

túmulo 1
túmulo 1

La semana pasada se apareció esta niña de la que te conté hace como un año, porque es super parecida a la Pamela, tu polola legendaria. Si no te acuerdas da lo mismo. Es una que conocí hace mucho, cuando estudiaba ilegible, una que me encontré en la calle y descubrimos que éramos vecinos. Yo le dije esa vez, muy a la chilena “pasa cuando querai por la casa”, y después me olvidé por supuesto. Pero como ella no es chilena … (no sé exactamente de dónde, de algún país ex-comunista, Hungría o Bulgaria, pongamos), se materializó frente a mi puerta de repente hace poco. Y claro, no la iba a echar, es re simpática y en realidad además no está nada mal.

Pero yo ése día, en esas cosas de loquito que tengo, y a las que puedo dar rienda suelta ahora de nuevo, había estado todo el día barriendo, pero en lugar de hacer un barrido y un orden clásico, me había dedicado a hacer montoncitos de mugre, es decir en vez de agarrar con la pala y botar el barrido, había dejado repartidos, siguiendo un patrón simétrico, por todo el departamento estos montoncitos de basura, y como dije antes, como estoy tratando de deshacerme de cargas inútiles, cada cerrito de mugre tenía un aspecto final bien inquietante, porque los montoncitos hechos de polvo, de arenilla, de pelusas (las del suelo, las del ombligo), de pelos y bolitas de pelo, de monedas de cobre, de migas, de restos vegetales, de pedacitos de cosas, estaban todos coronados con algún objeto especial: aquí un libro abierto, allá una pulserita, un gorrito, una libretita, un anillo, un animalito de plástico, una cintita, un lápiz; había un montoncito sólo de lápices y otro sólo de remedios.

Este fue el paisaje que se ofreció antes los deslumbrados ojos de la eslava, que me miró al verlo por dos o tres segundos con la boca abierta, y dijo pausadamente:

“if this is going on outside – what is going on … inside!”.

Entonces yo empecé a contarle con toda pachorra (no me quedaba otra), le dije: “no, tranquila, no es la versión indoors del ‘Blair Witch Project’. Es que a veces me pongo a barrer y casi siempre me distraigo con algo y se me queda uno que otro montoncito de basura, y después se me olvida. Entonces van quedando estos túmulos mortuorios repartidos por la casa. Pero debajo de los túmulos no hay ningún cadáver”, le dije (claro que había, en cada montoncito había un cadáver, más, o menos seco, en alguno de los montoncitos había varios, además. Esto no lo dije, pero lo pensé).

Como no tengo sofá además, porque el que tenía era de la perla, nos sentamos en el suelo, en unos cojines que me dejaron como gran gracia, y estuvo bien divertida la tarde, nos tomamos una botella de tinto, y a ella se le ocurrió prender velitas al lado de los montoncitos de basura, y pusimos las luces bajas y hasta sacó fotos de la escena de los túmulos mortuorios (tenía una Leica- nada menos), y con esa ambientación nos contamos el lapso de la vida que había pasado sin vernos, ni conocernos. Que es casi toda la vida, por lo menos casi toda mi vida en esta ciudad culiá.

Creo que quedé como una especie de artista conceptual a los ojos de esta mujer, y quedó de venir de nuevo a verme. Yo no le conté que me iba a cambiar de casa.

Bueno, eso es lo más gracioso que me ha pasado últimamente, un gran abrazo y “quedo atento a tus comentarios” como está de moda decir ahora, entre los güeones. //

Salve, firma ilegible.

PD: Escribe, maricón.

Cartas a mi B.I.F. “Carta #1” en Cartas a mi Best Imaginary Friend.

  • “Cartas a mi B.I.F. Carta #01” | 2010- © 2024 | ricardo castillo sandoval | This work is licensed under a Creative Commons License.

Leave a Reply

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.