Por supuesto, nadie se preocupó más después, nadie se acordó, y a nadie se le pasó por la cabeza que se iba a aparecer.
Cuando Mr X llegó a la fiesta de repente, ya nadie sabe a qué hora, todos estábamos ya carcajeándonos con algo, o de alguien, tomando como enfermos piscolas o bailando.
En esos días era costumbre llevar algo para tomar, se subentendía algo alcohólico.
MR X estaba de improviso en la puerta, en sus manos sostenía con firmeza una botella de “Néctar Watt’s”.