Tiempo de cambio, tiempo de hallazgos. Poemas encontrados en una buhardilla. Este debe tener “todos estos años”.
De quién es esta casa que no es mía
y este aire distinto que flota
sobre mi cuerpo, es este cuerpo trasladado mi cuerpo
acaso?
La de veces que he despertado de un mal sueño.
Este cuerpo es tan pesado,
sigo amaneciendo en una casa que no es la mía.
—–o—–
Muchas veces he pensado en mi alma.
Existirá, ajena a esta casa.
Correteará en otros lugares.
Acudirá a otras casas que sí me pertenecen y
le dirá de mal modo a este cuerpo
que poco podrá vivir sin su largo aliento.
Siempre he pensado en tu alma.
Le dirá mi alma a tu alma
besándole el rostro de humo
dónde está, dónde se quedó
y será capaz mi alma abandonada
de rozarte las sábanas cual si fuera mi cuerpo agradecido
abrazarán mis brazos de alma
tu cuerpo?
Pensando en tu alma y en mi alma
en mi cuerpo y en el tuyo,
qué decir de la materia y otros temas?
de los pesos
de la física que me hace perdurar pesando
sobre esta tierra que no es la mía
donde no está mi alma
y donde por sobre todo
están ausentes tu cuerpo y tu alma?
Pero basta. Habías visto semejante concepción
espiritualista del mundo?
Yo sé que existen los aviones;
y el mar, que a veces semeja una condena perpetua
se sobrevuela a diario,
y las grandes nubes que cuentan sentenciosamente
la distancia y el olvido
mueren todos los días diluídas
por amantes tan siúticos como yo
tan hermosos como nosotros.
Pero quién me dirá para aliviarme
que mañana mismo te abrazo si no soy yo,
y cómo no decirme a mí mismo
que hay algo de mí que quedó en tus brazos
y que hay en mis brazos algo tuyo?
Quién me dirá si no es Karl Marx
que habrá “más amor en un instante”?